¿Cómo afecta la salud mental de mi hijo e hija el modelo educativo tradicional?
33 millones 415 mil 994 alumnos desde preescolar hasta universidad cursan el ciclo escolar 2020 - 2021 con el nuevo modelo híbrido, de esta forma, algunos optaron por clases presenciales mientras otros por seguir en línea.
El regreso a clases nos había provocado gran controversia por las medidas de seguridad contra covid-19, sin embargo, llevamos poco más de un mes trabajando de esta forma, SEP, escuelas, familias y alumnos. ¿Son estas verdaderas soluciones o más complicaciones?

Diseñar educación es un proceso complejo que en muchas ocasiones desconocemos, sin embargo, diseñar un currículo, programas de estudios, planeaciones didácticas, preparar sesiones de aprendizaje e impartir dichas sesiones en presencial y virtual lo vuelve aún más complejo. La critica del ciclo escolar pasado es que las y los alumnos no aprendían en sesiones virtuales y el modelo no estaba adaptado al uso de tecnologías y realidad en México, ¿Será que ahora realmente están aprendiendo?
Me da la impresión que no se han tomado el tiempo de actualizar el currículo, los programas y planeaciones para este nuevo modelo híbrido y han dejado solas a las escuelas que a su vez lo delegan a las y los docentes, exigiéndoles demasiados documentos por preparar, más evidencias, evaluaciones, etc., Dejando docentes agotados física y mentalmente.
Pero como las familias, así como las escuelas desean “recuperar el tiempo perdido” del ciclo pasado, la exigencia hacia docentes y alumnos se ha incrementado, es absurdo como concebimos la productividad y aprendizaje equiparándolo a agotamiento y horas de trabajo.
Docentes, alumnos y familias trabajando hasta la media noche de lunes a viernes, con tareas para fines de semana, intentando hacer todo lo que se les solicita para poder sacar una buena nota. Sin duda el mensaje que esto transmite es que tanto enseñar como aprender es pesado, tedioso y agotador.
Si el conocimiento nos libera, no deberíamos de sufrirlo. La responsabilidad de diseñar currículos actualizados y que hagan uso de los conocimientos, así como tecnologías más recientes para facilitar tanto la enseñanza como el aprendizaje es las autoridades educativas y escuelas, existe tanto en educación que podemos implementar, pero no estamos aprovechando, pero no estamos visualizando cuales son las verdaderas consecuencias de no actualizar los programas estudios y modelos educativos.
Todos los cambios ocurridos desde el 2019 fueron abrumadores para las y los adultos, claro que también lo ha sido para nuestras hijas e hijos, desde el ciclo escolar pasado las consultas por ansiedad han sido más frecuentes, la carga mental, física y emocional es excesiva, agresiva para su desarrollo. La preparación académica es importante pero también lo es el desarrollo emocional, social y humano. Estas excesivas cargas limitan su oportunidad de vivir la niñez, descubrir el mundo y a sí mismos.
A continuación, te describo signos que pueden significar ansiedad por la escuela en tus hijas e hijos:
Irritabilidad, si tu hija o hijo usualmente duerme tarde por hacer las tareas, o tiene problemas para conciliar el sueño.
Explota por enojo o en llanto, dando argumentos que ya no quiere ir a la escuela o que ya no quiere hacer nada.
Se muerde las uñas o la piel alrededor de las uñas, esto es un signo de ansiedad fuerte.
Ha enfermado o presenta dolores en estómago, intestinos y cabeza desde que empezó el ciclo escolar, la ansiedad se somatiza en enfermedades cuando no la expresamos.
Procrastina o tiene poco interés en realizar sus tareas y actividades, el agotamiento mental disminuye drásticamente nuestra productividad.
Se rasca, jala el cabello, cejas o pestañas o presenta sudor en las manos, también son signos de ansiedad.
Tiene pensamientos sobre que no se siente cómoda en la escuela, va a reprobar materias o que nada le sale bien, son pensamientos ansiosos.
Muestra una preocupación excesiva por hacer todo bien y terminar lo más rápido posible sus actividades, son conductas maniacas producidas por ansiedad.
Se truena los dedos, muerde los labios o tiene dolor en la mandíbula, la ansiedad se vuelve crónica.
Esta muy susceptible a cualquier evento, su humor cambia de forma repentina y brusca, le molesta todo lo que haces o dicen otros a su alrededor y se aísla.
Es bastante preocupante darnos cuenta que vivimos en un sistema que se preocupa más por cumplir papeleo y dar por terminado un temario, en vez de centrar el foco en lo verdaderamente importante, el desarrollo humano y saludable de estas niñas, niños y adolescentes. ¿Vale la pena un 10 a cambio de la salud mental de las y los alumnos? Lo dejo de reflexión.
Gracias por haber leído este Blog, espero que te haya gustado y compartas esta información para que más familias puedan cuidar de sus peques en casa.